Muestra de fotografía contemporánea de Uruguay

PHOTOART FESTIVAL 2017

Fotografías de un país. Uruguay

Feliciano López Pastor

El proyecto de Fotografía Uruguaya, que se expone por primera vez en España, tuvo su especial nacimiento al inicio del año 2015.en las antiguas dependencias que el Centro de Fotografía de Montevideo (CdF) tenían en el imponente edificio de la Intendencia de Montevideo (Ayuntamiento). En aquella ocasión en representación del Photo Art Festival y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Torrelavega, propusimos a Daniel Sosa, director del CdF, exponer una selección de fotografía de Uruguay.

El buen entendimiento entre la Dirección del CdF y la Institución Académica de Artes Visuales (IAAV) de España (entidad que dirige el Festival), junto a la Embajada de Uruguay en España, propició que el proyecto se ampliara con nuevos contenidos incluyendo por su especialización otras instituciones españolas.

Durante los dos años de trabajos en el proyecto hay que destacar varios acontecimientos que se han producido; declarar el Proyecto de Exposición en España, y en concreto Cantabria y, posteriormente, Madrid, de Interés Ministerial por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Oriental del Uruguay. Recientemente, ha sido declarado Monumento Histórico Nacional los Fondos Fotográficos depositados en el CdF desde 1865 a 1990.

También, aunque hace algo más de tiempo, el cambio del CdF a su nueva sede en el edificio del antiguo Bazar Mitre, situado en la importante Avenida 18 de julio de Montevideo.

Las fotografías de los más recientes creadores uruguayos estarán expuestas en el Centro Nacional de Fotografía José Manuel Rotella de Torrelavega (CN FOTO). El compromiso del Photo Art Festival y el CN FOTO por mostrar trabajos fotográficos contemporáneos, hace que esta muestra, que cuenta con 74 imágenes y llenará todas sus salas, sea una novedad en España.

Presentamos una exposición que representa a un país, con diez autores/as seleccionados/as por el Centro de Fotografía de Montevideo gracias al encargo que su Director, Daniel Sosa, hizo al curador Roberto Schettini. Se trata por tanto, de una cuidada y actual muestra de fotografía uruguaya.

Esta edición y su contenido visual se encierra en el interés por presentar nuevas ideas y tendencias creativas. Nos Ha parecido que, en esta su 5ª edición desde que iniciamos este proyecto, bien merecía una especial y sugestiva propuesta. Además de ser una oportunidad de traer a los públicos de Torrelavega y Cantabria lo más actual de la fotografía un país; URUGUAY.

Fotografía uruguaya contemporánea

Roberto Schettini

Realizar una selección siempre es una tarea difícil.

En este caso tuve que seleccionar fotógrafos uruguayos para mostrarnos en España. Luego de algunas consideraciones –fotografía contemporánea (últimos 50 años) y enfoques no tan vanguardistas como para no poder ser mostrados transportándolos de un sitio a otro (se trata de una exposición itinerante)– me puse a trabajar.

Ya había realizado este tipo de tarea hace una década aproximadamente y las guías de entonces, que me parecieron válidas, siguieron orientando mi selección.

Tenían que ver con mi memoria visual, con aquellas imágenes que quedaron en mí y aparecen cuando cierro los ojos pensando en fotógrafos uruguayos. Y por ahí voy acercándome a los autores. Es un método antojadizo, pero la selección de por sí se define como antojadiza. Es subjetiva en la más completa acepción de la palabra.

Y así aparecieron los siete u ocho primeros fotógrafos. Luego, en este caso se tenía que llegar a diez, y comenzaron a aparecer los cupos. No considero que los cupos sean necesarios, pero en este caso se quería mostrar la fotografía uruguaya contemporánea a través de diez fotógrafos, y sin mayor esfuerzo llegamos a completarlo. Fotógrafos con buena obra hay abundantes.

La selección en sí se realizó mediante una entrevista con cada uno de los fotógrafos elegidos y una actualización de su trabajo, cuando ya tuve la gratificación enorme de ver obra y comentarla con cada uno en forma separada, tranquilos y analizando cómo se llegaba a esto y viendo sus procesos creativos.

En algunos casos vimos varios trabajos para decidir, en otros directamente fuimos a la obra que nos parecía más representativa a estos fines. Realizamos todo muy fluidamente, con entusiasmo y rápidamente, pues los plazos eran cortos.

Tengo que decir que aunque conociera las obras de algunos, verlas en esta instancia resultó un descubrimiento completo de todos y cada uno de los participantes. Sorpresivos algunos casos en los cuales no teníamos tanta interacción, realmente muy sorpresivas algunas obras, totalmente nuevas para mí.

Agradezco a todos y a cada uno de los participantes, me siento muy contento de haber trabajado con ellos y espero que el resultado muestre una faceta muy personal de la visión de la fotografía uruguaya contemporánea.

Magela Ferrero

Sin titulo

Fotografía de Magela Ferrero

Este umbral biselado es mi rostro a tientas.
no puedo precisar si estoy antes o después de lo que miro.
el bisel atisba algo que -aunque no reconozco-
parece ser mi lado que no es mío.
eso salgo a buscar cuando salgo a buscar algo:
mi lado que no es mío.
ese lado que son los otros con sus cosas que eligen
y cada tanto son tan mías como de ellos
por soledad, por amor, por descuido o por anhelo.
la ciudad replica todo lo que quisimos
queriendo ser nosotros.
una persona se asoma al balcón donde otras personas se asomaban antes
y en las mismas paredes donde se conjugó una eternidad
ahora vemos afilarse las tijeras que recortarán los verbos.
un mundo en obstrucción
buscando pequeños monumentos desclasificados.
es a ese rostro, aturdido por la complacencia
que apunto la sencillez.
porque todo lo que añoro
y todo lo que temo
son paisajes desconocidos
lejanas notas de cata
de un herrumbrado puente
todavía puente
cautivo
dentro de mí.

Irina Raffo

El lugar del verde

Fotografía de Irina Raffo

Fotografiando un apartamento de altos perteneciente a la colectividad judía, algo cautivó mi atención: una esquina repleta de palmas y plantas diversas, dis­pues­tas como si de un escenario se tratase; per­fec­tamente alineadas, enmarcadas por cortinas y falsas columnas, formaban un diseño casi cabalístico. Sin duda había algo escondido entre aquellas hojas agol­padas. Me intrigó saber cómo habían llegado allí y por qué razón se les había destinado semejante rincón, en un comedor donde todo parecía seguir un tono tan moderado como racional.

Comencé entonces a seguir las plantas de cerca. Ca­mi­nan­do por la ciudad, repentinamente se hicieron presentes allí donde antes habían estado cubiertas por la monotonía del hábito, que lo tiñe todo de familiaridad, de aquello en lo que no vale la pena reparar.

Matilde Campodónico

Lo evidente

Fotografía de Matilde Campodónico

La propia fotografía me impone pensar en ella, des­en­trañarla, comprenderla. La mayor parte de mis fotos intentan establecer lo obvio y ordenar el mundo de un modo particular. La realidad desaparece y las cosas son exactamente como nos gustaría que fueran. Un mundo que comienza y termina en ese espacio. Lo inmediato está construido, en esta serie, por algunos paisajes cotidianos que unen el mundo familiar in­tra­muros con un universo exterior que se hace visible cuando ese mundo interior está des­ple­gado, actuando. Ambos generan un sitio que es posible habitar. Un territorio que tiene puntos de contacto con el lugar en el que vivo, Uruguay, pero que no es con precisión eso. Es más bien una cons­trucción a medida. Un universo de paisajes y seres queridos. Un intento a veces vano de registrar eso que veo y hacerlo, jus­ta­mente, evidente.

Daniel Behar

Fuera de temporada

Fotografía de Daniel Behar

Fuera de temporada incluye ocho fotografías de di­fe­ren­tes espacios de Punta del Este, Uruguay, uno de los bal­nea­rios más importantes y exclusivos de América Latina. Mi proyecto apunta a lo pasado por alto de este lugar: el despilfarro y derroche de recursos e in­fra­es­truc­turas que permanecen vacíos, cerrados e incluso abandonados por todo el año salvo en verano. La ausencia humana de las imágenes, enfoca la aten­ción en la arquitectura y objetos que per­ma­ne­cen sin la presencia y usos de lujo excesivos de turistas en alta temporada. Las imágenes no sólo apuntan a lo negativo del fuera de tem­po­rada, sino que encuentran belleza y atracción en lo des­ha­bitado y desamparado. Uno podría decir que Punta del Este es una ciudad de extremos, desde lo más populoso a lo más desierto. Una de las preguntas más im­por­tan­tes que este proyecto presenta es: ¿Que sería de las grandes ciudades y balnearios sin sus turistas y ha­bi­tan­tes?

Jorge Ameal

Montevideo al sur

Fotografía de Jorge Ameal

La calle es teatro de la vida, con sus casas, todavía bajitas, de una planta o dos, con sus habitantes de ritmos lentos y cansinos, sus luces y colores. Es teatro de la vida donde el tiempo deja marcadas las huellas de la cultura y la razón de ser de sus habitantes. Mon­tevideo -capital austral- enclavada al sur del continente se debate ante la eterna contradicción de modernizarse y estar a la altura de las grandes ciu­da­des del mundo, o seguir con su carácter todavía aldeano y pro­vin­ciano muchas veces determinado por el miedo a una pérdida de cierta calidad de vida. Voy cons­tru­yen­do en el tiempo mi ciudad, que no es imaginaria y sí real, totalmente real, porque la vivo diariamente.

Roberto Fernández Ibáñez

Cartografías de agua. Gurfa

Fotografía de Roberto Fernández Ibáñez

El lenguaje es un reflejo de los cambios tec­no­ló­gi­cos. Hasta hace algunos años, la palabra “sustentabilidad” era poco conocida para la mayoría de nosotros. Las organizaciones ambientalistas la están incluyendo en sus discursos, y muchas in­dus­trias rediseñaron sus procesos para cumplir con los requerimientos exigidos por la sustentabilidad. Ade­más de comunicar, las pa­la­bras reflejan nuestra sensibilidad, nuestras pre­ocu­pa­cio­nes y lo que cree­mos crucial para nuestras vidas.

En muchas partes del mundo, el agua no sólo es escasa: es preciosa. Existe una palabra árabe para mencionar la cantidad de agua que cabe en la palma de una mano: Gurfa. Aunque variable, ese pequeño volumen puede ser pensado como una unidad física de medida. Y algunas veces, una gurfa puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Álvaro Zinno

Donde duermen las cosas

Fotografía de Álvaro Zinno

El interés del artista por los espacios semi aban­do­na­dos del paraíso perdido de la infancia, la sensación de desgaste social de un país que no pudo seguir siendo, y en especial ese rastro humano sugerido pero no visto, sincroniza en esta instancia con una dimensión más claramente personal de la “fotografía interior”, reforzada incluso por la idea de des­cen­di­mien­to al espacio “sótano”, presente en algunas tomas. No queda duda de que en este lugar donde duermen las cosas se sueña, pero el juego aquí es adivinar quién lo hace. ¿Es el sueño ficticio de esos objetos que casi emulan a los androides de P. K. Dick? ¿Somos testigos de las imágenes del subconsciente de Zin­no?¿O son ambos, objetivo y fotógrafo, los que, como el Rey del otro lado del espejo, sostienen ese mundo de imposible cotidianidad del que es sólo cuestión de tiempo que nos demos cuenta que for­ma­mos parte? En esta hora silenciosa de tiempo detenido, los objetos dormidos y la luz que los saca de la nada nos enfrentan con urgencia a nuestros fantasmas particulares.

Texto: Verónica Panella

Diego Velazco Suárez

Árboles dormidos

Fotografía de Diego Velazco Suárez

Árboles dormidos presenta nuevos signos, un aura con­tra­dic­toria entre la belleza de lo natural y la luz, que le otorga a la serie cierto aire de alteración genética. Es un paisaje con una impronta post hu­ma­na. La luz lo muestra inadecuado porque resalta el artificio de la naturaleza en tiempos mo­der­nos. Son piezas ar­queo­lógicas detenidas en el tiempo, como crio­ge­ni­zadas. Documentan la na­tu­ra­leza y el hombre en el siglo XXI y su transfiguración del lugar común, como escribe Arthur Danto, dándoles una nueva semántica. Esta también atraviesa lo au­tóc­tono, la soledad, el encuentro y la pérdida.

La alteración que genera lo pintado con la luz de un foco a batería y el clima que genera es post fotográfico, 'per­for­ma­tiviza' la historia de la pie­za.

­Fer­nando López Lage

Ivan Franco

Ciudad vieja, Montevideo

Fotografía de Ivan Franco

La Ciudad Vieja es una península con puerto, que por la Puerta de la Ciudadela parió a Montevideo. En el barrio convive un enclave financiero con decenas de lugares his­tó­ricos, con­ven­tillos de mala muerte, co­mer­cios para turistas, casas viejas y oficinas pú­bli­cas.

De lunes a viernes se mezclan ejecutivos, turistas con mapas y sombreros, gurises con mocos pidiendo mo­nedas, em­plea­dos públicos fumando en la puerta de las oficinas, personas durmiendo en la calle, “planchas” en las esquinas del Guruyú, gente haciendo trámites, enfermos del Maciel con las sondas col­gan­do; perros y gatos. Los sábados y domingos se ven turistas, y pescadores blandiendo cañas rumbo a la escollera; perros y gatos.

Pablo Albarenga

Orosmán

Fotografía de Pablo Albarenga

La magia tiene un efecto muy particular: quien pre­sen­cia un buen truco llega a dudar de sus sentidos. Un buen movimiento consigue un efecto maravilloso, sor­pren­den­te, sobrenatural. En esas circunstancias conocí a Orosmán Zeballos, un mago de ochenta y dos años cuya historia —al igual que la magia— desafía las leyes naturales, pues nació ciego y como él mismo suele decir: Engaña la vista de los demás, sin haber visto jamás.

Marcamos nuestro próximo encuentro para las tres de la tarde. Vistiendo un traje de color rojo intenso con finos detalles en color oro y acompañado por una galera a tono y un llamativo cetro, Orosmán esperaba en la puerta de su casa para que lo en­con­trara fá­cil­men­te. Los transeúntes quedaban perplejos ante la majestuosa presencia de ese mago que con su es­plen­dor florecía entre las paredes des­co­loridas de un vetusto barrio de casas bajas. Con el tiempo la con­fianza e intimidad de nuestro vínculo fue creciendo y la amistad fue una con­se­cuen­cia pre­de­cible. Quizás por un simple descuido, Orosmán comenzó a dejar de encender las luces al recibirme y des­en­mas­carar así al hombre debajo de la galera.