El ojo no tiene género

PHOTOART FESTIVAL 2015

Piedad Isla

(Cervera de Pisuerga, Palencia, 1926 - Madrid, 2009)

Fotografía de Piedad Isla

Piedad Isla dirigió su cámara vitalista y comprometida a la realidad de la España rural de la postguerra, concretamente a su ámbito vital más próximo, la Montaña Palentina. Su trabajo como fotógrafa de la zona norte de la provincia le permitió el contacto directo desde los años 50 con formas de vida hoy desaparecidas, creando un importantísimo registro tanto por su valor documental, como por su sensibilidad estética que trasmite un halo radiante y esperanzado. Así, los documentos gráficos de Piedad tienen el valor de la autenticidad, de la frescura, son fragmentos de vivencias fijadas en la nostalgia del blanco y negro, instantes únicos de la vida rural en estado puro, salvados del anonimato definitivo gracias a su cámara.

Su auténtica inspiración fue la condición humana, el culto a los ancianos, la adoración por los niños y el respeto a la tierra.

Su dedicación a la fotografía le valió numerosos reconocimientos a lo largo de su trayectoria profesional, en la que fue pionera, estudiando fotografía en Oviedo, y siendo corresponsal de la Agencia Efe.

También desplegó una intensa actividad como dinamizadora social, filántropa y defensora del patrimonio y de la naturaleza.

Su legado se conserva en la Fundación que lleva su nombre, en la localidad de Cervera de Pisuerga.

Araceli Gedak

Diálogos imposibles

Fotografía de Araceli Gedak

Despojada de lo superficial, la obra de Araceli Gedack busca encontrarse con la esencia. Evita los colores que engañan, que juegan con nuestra retina y nuestros recuerdo para enredarnos, y que además crea mundos paralelos tramposos, traviesos. Sus imágenes buscan la raíz, el primer impacto, la mirada inocente, limpia, sensitiva, que persigue el volumen, la forma de la otra realidad, aquella que se enreda en nosotros, que nos engaña y nos provoca. Araceli se afana en encontrar un diálogo imposible en sus fotografías, abrir caminos de encuentro que ayuden a romper el silencio y que sean capaces de traspasar las barreras del disfraz, de la postura. Texturas, formas, sombras y luces que quieren dibujar un paisaje distinto, un espacio para las sensaciones y la reflexión. Imágenes que se sueñan, que se van creando, que crecen para formar un mundo distinto, cercano y oculto. Fotografías que buscan la luz, que provocan otra mirada que nos haga ser más libres.

Belén de Benito

Life in a box

Fotografía de Belén de Benito

Borrar mi mente. Silenciarla. No escuchar a los demás. Pero sobretodo, no escuchar a mi propio yo. Ese yo lleno de prejuicios, ese yo subjetivo, que me indicaba que no era correcto que dos personas se golpearan. Y silencié mi mente. Me puse en una esquina, y pensé, que todo aquello que me rodeaba era tan extrañamente estético, que merecía la pena intentarlo. Y escuché mi silencio, para encontrar el suyo. Y lo encontré. Entre tanto ruido, lo encontré. Imágenes que hablan en silencio.

Julia García López

Parada y pasaje

Fotografía de Julia García López

Mis fotografías son el resultado de un proceso de taller intimista, artístico y manual —no son composiciones digitales—.

Hago maquetas y pequeños elementos formando composiciones que luego fotografío. A veces incluyo en ellas otras fotografías que imprimo y doy forma de objeto, o incorporo textos para evidenciar lo que quiero expresar.

Me gusta el lenguaje del símbolo y jugar con el mensaje poético a través de objetos, contar historias y con una sola imágen plasmar todo mi proceso creativo que culmina en obra fotográfica.